Misiones tiene historia y trayectoria en la producción de vino, siendo la primera en tener un escrito, en la época Jesuítica, sobre cómo elaborarlo. Actualmente 10 localidades misioneras cuentan indicaciones geográficas del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).
La provincia de Misiones alberga una historia que nunca ha tenido un fin, que siempre ha conseguido mantenerse intacta, tanto en los jesuitas como luego con la llegada de los ucranianos y polacos, y que ahora en pleno siglo XXI sigue siendo una novedad: la producción del vino en la selva.
Por ese motivo, productores de vino misionero quieren hacer valer esa historia y trayectoria que por cierto ya tiene reconocimiento del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) con las indicaciones geográficas en diez localidades: Santa Ana, Concepción, Apóstoles, Alba Posse, Aristóbulo del Valle, 25 de Mayo, Cainguás, Alem, Andrade, Cerro Azul.
“Hay que recordar que las denominaciones de origen son sellos o signos distintivos que permiten diferenciar productos con características especiales dadas por el territorio o por factores humanos y que cuentan con una reputación entre los consumidores que prefieren estos productos por ser los originales”, contó a ECO & Agro Agustín Borzi, quien tiene a su cargo la realización de la huerta jesuítico-guaraní en la sede del colegio Gentilini, donde también se elabora vino artesanal como parte de la currícula de los estudiantes y está incluido dentro del proyecto del “vino misionero”.
El domingo 17 de abril último, se celebró el Día del Malbec en la selva con un brindis con vino nuevo y una diversidad de variedades en la zona.
“Con el trabajo y el esfuerzo casi personal de algunos productores el objetivo también es mostrar que la provincia tiene historia y tiene trayectoria con este tipo de producción”, dijo.
Y agregó: “Actualmente, todas las provincias tienen producción vitivinícola incluyendo Misiones con variedades como Malbec, Isabella y otras. Además, la indicación geográfica es un paso importante para el futuro de la denominación de origen controlado”.
“Nos parece que ese es clave divulgar la tarea del padre Antonio Sepp, lo hemos dicho cuando festejamos el primer día del Malbec acá en la selva, porque dejó escrito en el libro ‘La labor apostólica’, cómo hacer el vino”, acotó.
“Este es un momento como para repensar el vino de bandera en Argentina. Y eso es extraordinario. Todas las provincias están teniendo vino en este momento hasta Chaco, Formosa. Córdoba, que tiene más de 20 bodegas, la provincia de Buenos Aires, Entre Ríos, Chubut, toda la cordillera; pero, aún así, solamente nos quedamos con el concepto del vino de Mendoza”, reflejó Borzi.
“En Misiones hay un híbrido natural que es la famosa Isabella, que es una vid americana que se hibridó naturalmente, eso fue descubierto hace 5 años atrás por los franceses. Se hibridó con una uva francesa que es la Petite Mellier, que se usa para hacer el champagne en Francia. Hubo un cruzamiento natural”, contó en la charla.
“El gran descubrimiento fue que la famosa uva chinche que nosotros siempre teníamos, no era tan chinche sino que tenía una madre francesa. Desde el INTA de Mendoza lo están investigando a ese tema, porque antes se la consideraba una uva de baja calidad y ahora resulta que no, que es una uva totalmente distinta para un vino totalmente distinto”, amplió el docente del instituto Gentilini.